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LO MAGICO Y MARAVILLOSO DE SER CABALLERO TEMPLARIO

“BIENVENIDOS A LA ORDEN”

Hay una mística maravillosa en el concepto de ser caballero, pero ¿por qué? En la actualidad existen pocas ordenes de caballería debido al desuso en que han caído. Recordemos que en su momento fueron creadas con un fin particular, por ejemplo, las cruzadas. Luego se mantuvieron como una fuerza militar que representaba un capital de envergadura para la defensa de los reinos de entonces y como un estilo de vida donde se podía demostrar las virtudes de los caballeros algo que las hacia más que honorables. Eran el sueño y la inspiración de entonces.

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De las auténticas ordenes de caballería, hoy día existen muy pocas y algunas como homenaje. De las que actualmente sobreviven tal y como fueron creadas están, Calatrava, Montesa; Santiago y Alcántara; gobernadas por la realeza española y por los mandatos eclesiásticos en regla y estatutos.

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En cuanto a sus actividades actuales están el culto divino, la defensa de la fe, y la santificación personal. De reciente añadidura, se suman dos más; un fin benéfico y uno histórico cultural. Sin omitir la vocación hospitalaria de la Orden de Santiago, inclusive como congregación religiosa.

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El común denominador de todas, ha sido siempre su espíritu religioso; por lo que profesar la fe católica es condición indispensable para pertenecer; a ello se agrega su vida religiosa, incluso conventual en ciertos casos. Pero el asunto no acaba allí, aparte de las cuatro órdenes nacionales españolas citadas, también están la de San Juan de Jerusalén

 

El común denominador de todas, ha sido siempre su espíritu religioso; por lo que profesar la fe católica era condicionante; a ello se agrega su vida religiosa, incluso conventual en ciertos casos. Pero el asunto no acaba allí, aparte de las cuatro órdenes nacionales españolas citadas, también están la de San Juan de Jerusalén (orden de malta); del santo Sepulcro y la Orden del Temple, esta última con mayor cantidad de interesados por su envergadura, tinte cristiano y facilidad de convivencia ya que no exige en la actualidad, vida conventual ni la estricta observancia al catolicismo.

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Las órdenes de caballería guardan en común un triple carácter: religioso, militar y cortesano. Por tanto, pertenecer a una, representa ser parte de un fuerte lazo sagrado entre sus miembros. Si bien en su mayoría todas evocan los principios de la caballería medieval, no lo hacen porque haya una resistencia a olvidar el pasado, sino porque estas conservan ideales que inspiran. El honor, los altos valores de hombres y mujeres y sus "secretos", (en ocasiones envueltos en misterio), son parte de ese atractivo.

 

ORDENES CATÓLICAS MUCHAS, RELIGIOSA-MILITAR UNA; “LOS TEMPLARIOS”

Si bien las ordenes no demeritan su existir por su espíritu o fervor religioso, los templarios acuñaban en su vocación, el ser soldados de Cristo mediante su divisa extraordinaria “Non Nobis” (no a nosotros). Los templarios fueron la primera Orden Religiosa de carisma eminentemente Militar, una hermandad de guerreros diseñados para lo que eran, soldados de Dios. Su característica principal decanto en su independencia religiosa cuando fue injustamente suspendida. Ya no era necesario hacerse religioso, aunque hoy día hay voto, regla; disciplina y doctrina.

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De los Templarios se han escrito ríos de tinta, sobre su existencia, evolución e historia. Pero diversas cosas sucedieron con ellos; la primera, es que jamás pasaron desapercibidos. El tiempo que convivieron con diferentes culturas y religiones, sumado a que la mayoría eran cultos, particularmente por su origen noble; les permitió asimilar una enseñanza superior a las demás ordenes contemporáneas incluso más allá del fervor religioso de su tiempo. Sus capacidades les permitieron cruzar su propio paradigma.

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Pero sucedió algo que en las demás Órdenes no; la mayoría de los caballeros, descubrieron a través de las ciencias y las artes, que había una verdad paralela a la verdad oficial, de allí nace la divisa de "Conocimiento es poder".

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Uno de los mayores enigmas que motivan a uno que otro buscador es el destino de los tesoros de la Orden, cuando en realidad si algo caracterizaba a los templarios, es que eran muy buenos para esconder todo a simple vista. Como lo cita ¨El Principito¨ de Antoine de Saint-Exupéry; ´lo esencial es invisible a los ojos´. En la orden, no hay mayor riqueza que la que se lleva, aún desnudo.

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Bien lo cita Paulo Coelho de Souza en su libro “El peregrino”; ¨Sali a buscar una verdad, que estuvo conmigo todo el tiempo¨. Nada más descriptivo para mencionar al conocimiento. El saber no ocupa lugar, nos acompaña a todas partes y embellece como luz en el alma. Ese es precisamente el mayor tesoro de los templarios; el infinito mar del conocimiento, el mismo que podría alimentar libros como ´ilusiones´ de Richard Bach, o “el secreto” de Rhonda Byrne y su magnífica ´ley de la atracción´.

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Para los templarios la cosa es simple, ¨solo hay que sortear la inmensidad, partiendo de uno mismo¨. Del otro lado, la luz del infinito, en la mesa de los justos; nos espera.

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EL HONOR DE SER TEMPLARIO

En primera instancia para ser un verdadero Caballero Templario se necesita comprender el valor de:

  • La discresion

  • La fidelidad y lealtad a la palabra dada.

  • La generosidad, protección y asistencia a todos los que lo necesitan.

  • La obediencia a sus principios

  • La defensa de sus miembros y sus bienes

  • La protección de sus secretos

  • El cuidado de su esencia y patrimonio

 

LA ORDEN DE LA ACTUALIDAD

Los caballeros formaron parte de las órdenes militares, que nacieron en Jerusalén, con la misión de proteger a los peregrinos. Poco a poco se convirtieron en hermandades militares y hoy dedica su tiempo al fortalecimiento de sus principios en estudio y ayuda humanitaria.

 

FORMACIÓN Y ENTRENAMIENTO

Los caballeros se adiestraban en el combate en celebraciones de diferente tipo. Por ejemplo, las justas era celebraciones festivas en las que se convocaba a caballeros de distinta procedencia, que luchaban entre sí para lograr prestigio. Hoy día construyen el honor mediante acciones altruistas, junto con el ejemplo de su forma de vida. Se caracterizan por ser hombres y mujeres educados, cultos, prósperos y discretos.

 

La Orden de Cristo, no es una organización cualquiera, es la sucesora de los Caballeros Templarios. No solo no ha desaparecido, sino que esta siempre despierta, siempre atenta; siempre trabajando, buscando y formando líderes y gente talentosa.

 

No es exageración cuando se dice que la selección es exigente. Pertenecer tiene sus requisitos (y privilegios), pero ingresar a sus secretos, y alcanzar la gloria de ser Templario es un desafío, que solo unos pocos logran, pero se debe considerar que transitar su sendero; hace que valga la pena.

 

Solo es necesario estar dispuesto a hacer la diferencia.

 

Ya lo saben, si desean ser un verdadero Caballero Templario, portar las insignias de una orden prestigiosa, ilustre y varias veces centenaria, hoy tienen la oportunidad de hacerlo. Pero cuidado, porque son muchos los llamados y pocos los elegidos. A fin de cuentas, no se trata de cantidad, sino de calidad.

 

 

SAE Fr.+++ Dr. Don Roberto Ángel Molinari

Caballero Templario, Orden de Cristo

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Gran Prior General

Hay una mística maravillosa en el concepto de ser caballero, pero ¿por qué? En la actualidad existen pocas ordenes de caballería debido al desuso en que han caído. Recordemos que en su momento fueron creadas con un fin particular, por ejemplo, las cruzadas. Luego se mantuvieron como una fuerza militar que representaba un capital de envergadura para la defensa de los reinos de entonces y como un estilo de vida donde se podía demostrar las virtudes de los caballeros, algo que las hacia más que honorables. Ser caballero era el sueño y la inspiración de los jovenes de entonces.

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De las auténticas ordenes de caballería, hoy día existen muy pocas y algunas como homenaje. De las que actualmente sobreviven tal y como fueron creadas están, Calatrava, Montesa; Santiago y Alcántara; gobernadas por la realeza española y por los mandatos eclesiásticos en regla y estatutos.

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En cuanto a sus actividades actuales están el culto divino, la defensa de la fe, y la santificación personal. De reciente añadidura, se suman dos más; un fin benéfico y uno histórico cultural. Sin omitir la vocación hospitalaria de la Orden de Santiago, inclusive como congregación religiosa.

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