Antiguamente el honor y el prestigio eran temas de importancia porque en la caballería cotizaban en oro; lo eran todo. Actualmente cuando conocemos a alguien solemos recurrir a las redes sociales y “googleamos” su nombre para ver que encontramos. También solemos apoyarnos en las opiniones de terceros y sin darnos oportunidad de descubrir al otro, etiquetamos casi como eco de una sentencia y generalmente para mal. Nos apoyamos en experiencias ajenas desconociendo que paso entre las partes.
Supongo que conocen la anécdota del punto negro en la hoja blanca. Nos enfocamos en el punto negro y no en el resto del papel (como si eso fuera más importante, que lo que abunda). Hay una mónita en el primer grado del Rito Templario que sentencia “Duda de todo”. Algo que no es excluyente, pero si exclusivo.
Para leer al articulo completo Click abajo